sábado, 8 de noviembre de 2014

PLANIFICACIÓN DE LA INSTRUCCIÓN EN EL ENFOQUE TRADICIONAL Y SOFTWARE EDUCATIVO

Planificación de la instrucción en el enfoque tradicional.



Uno de los objetivos fundamentales y a la vez una de las innovaciones más radicales que se plantea la Reforma Educativa Venezolana (1997), es la necesidad y la exigencia de adecuar los procesos de enseñanza – aprendizaje a la auténtica realidad social y personal que viven los alumnos, es decir, conseguir un enlace real y funcional, entre la experiencia escolar y la realidad que los estudiantes experimentan en el lugar donde viven, crecen y se desarrollan como personas.



Para que este objetivo sea posible y pueda hacerse realidad es imprescindible romper con un modelo tradicional de educación y, en consecuencia con el sistema educativo en el que todo vale para todos los alumnos y las alumnas del país, y en el que los profesores y el resto de las personas que integran las comunidades educativas, tienen como única misión, seguir y aplicar, con absoluta fidelidad y frecuentemente de forma irreflexiva y descontextualizada, los objetivos, los contenidos y las orientaciones señalados por la administración educativa para la totalidad del país. Objetivos, contenidos y orientaciones en los que, al ser impartidos para la totalidad de la población escolar, no se tiene en cuenta, ni se desarrolla la riqueza que siempre supone la variedad y la pluralidad cultural, social y psicológica, de la población infantil y juvenil, y de la población civil en general.


Frente a este modelo cerrado y centralizador, se presenta el gran reto planteado en la Reforma Educativa: la construcción de un nuevo modelo educativo, basado en la libertad, descentralización, autonomía, reflexión e innovación, mediante la formación de personas capaces de aprender por sí mismas. Para ello se hace necesario ir más allá de la preocupación por adquirir conocimientos, considerando que el individuo requiere fomentar su desarrollo afectivo, personal y creativo; teniendo que promover y facilitar el aprendizaje significativo, lo cual lleva en sí un aprendizaje que tenga sentido personal para cada sujeto, en lugar de un aprendizaje sin sentido, enfocado hacia la memorización de información y de hechos.


Se plantea entonces la necesidad de propiciar nuevas técnicas y estrategias para el desarrollo del conocimiento físico, social y lógico–matemático, haciendo énfasis en la difusión e importancia del mismo como herramienta esencial para una actividad intelectual satisfactoria y provechosa.



La Planificación


Planificar “consiste en la anticipación mental y provisional del enfrentamiento entre el niño y el tema, en la cabeza y el corazón del maestro, antes que se produzca el encuentro real en la clase”. (Karl Stocker)


Planificar implica sentarse a reflexionar acerca de:


* La etapa evolutiva (capacidades y limitaciones) de los alumnos. Los conocimientos previos. Sus intereses y necesidades.


* El tema o materia que se va a dar: tener clara la estructura lógica del tema, qué textos voy a utilizar, cómo voy a seleccionar los conceptos, los procedimientos y las actitudes. Para ello debemos detenernos a pensar qué es lo que nos proponemos al dar ese tema, cuál va a ser la forma de encararlo, que vamos a resaltar y a que le vamos a dar menor importancia. Una vez que seleccionamos los contenidos debemos organizarlos (secuenciarlos y jerarquizarlos)


* ¿Cómo voy a dar el tema? ¿Cuál va a ser la estrategia que voy a utilizar para acercar el tema a mis alumnos?


* ¿Qué cosas o personas voy a necesitar para dar el tema?


* Cómo voy a darme cuenta que el tema fue comprendido, que la forma que elegí para presentarlo fue la correcta...


* ¿Cómo voy a evaluar y evaluarme? A continuación se transcribe un concepto interesante acerca de la planificación (FRIGERIO, 1992: 141):


“En cualquiera de las instancias o niveles que se ejerza, la planificación es un estilo de gobierno que garantiza decisiones eficaces (es decir que se cumplan) para el mejoramiento de la educación”


Es un “estilo de gobierno” porque tiene que ver con la conducción de procesos (estos pueden ser: conducción general del sistema educativo, conducción institucional, o de conducción de procesos de aprendizaje).


“Garantiza decisiones eficaces” porque se ocupa de cómo es posible diseñar estrategias para que lo que se decide en el nivel de la conducción tenga un efecto real y concreto.

“Se compromete con el mejoramiento de la educación” apunta al tema de la calidad en la educación.


De todo esto se desprende la Planificación tradicional como uno de los tipos de planificación la cual se elabora desde los requerimientos formales, es rígida y se estructura, por lo general, a partir de la lógica de la asignatura. Es lineal.







Planificación de la instrucción en el software educativo.




El Software. Como portador del mensaje instruccional, es uno de los elementos primordiales a considerar cuando el computador ha sido seleccionado como alternativa de solución ante un problema de aprendizaje.

Su adecuada elaboración debiera obedecer a un plan sistémico que incluya una serie de decisiones, que nos asegure que realmente contribuirá a lograr los objetivos educacionales propuestos.
Referirse al software de cualquier recurso tecnológico tradicional o sofisticado sin analizar los otros aspectos que interactúan junto a él y que permiten su adecuado diseño, producción y aplicación, sería como hablar del corazón en forma aislada del cuerpo humano.


Sin embargo, en educación nos hemos acostumbrado a separar las astillas de un mismo árbol y a tratarlas como entes sin relación. Basta recordar una serie de movimientos orientados a los medios y materiales sin considerar otras variables; especialmente los fines: instrucción programada, cine, objetivos específicos, televisión, métodos cuisinaire y audio-lingual en Matemáticas e Inglés respectivamente, el video, por nombrar algunos; v ahora irrumpe el computador como vencedor.


Sin duda, nos hemos dejado guiar por un impulso a la acción antes que a la reflexión ya la planificación. Si utilizamos -por ejemplo- un recurso tecnológico, llámese computador, televisión o libro tradicional, sin conocer sus atributos o potencialidades, o como fin en sí mismo, no estaremos contribuyendo a optimizar el proceso educativo. Si -por otro lado- nos apresuramos a poner en práctica un recurso, método, técnica o estrategia (medios, a fin de cuentas) sin considerar los fines, no tendremos, entonces, que asombrarnos de no lograr aquello que no hemos planificado lograr.


Tal vez en estos hechos se encuentre la razón del por qué estamos escuchando desde hace tiempo que las innovaciones educacionales no han servido, porque seguimos enseñando de manera tradicional, o que los problemas educacionales se mantienen a pesar de los sofisticados "apoyos" tecnológicos. Entonces, ¿ es o no de extrañar que un número considerable de profesores vea a la informática como una nueva moda que no cambiará el futuro de la educación? o que, ¿otro grupo de educadores la considere "la" tabla de salvación a la cual hay que aferrarse como náufragos?


Por otra parte y con excepción de escasos esfuerzos sistémicos (1), muchos establecimientos educacionales comienzan un proceso carente de toda lógica cuando adquieren un equipo computacional, sin saber los "para qué"; es decir, los resultados que se esperan lograr con su uso. Poco a poco van entusiasmando a otros colegas para que los imiten y es así como de repente se encuentran compitiendo como dueñas de casa envidiosas por la última adquisición de su vecina. 


Tampoco faltan los padres que miran con suspicacia a la informática y comienzan a acusarla de producir incomunicación entre ellos y sus hijos, cuando la comunicación ya se había perdido antes de la llegada del aparato tecnológico. y para completar la cadena, el eslabón que nunca falta: aquellos "educadores" que se sienten amenazados por la máquina que les provocará su cesantía (Calderón, 1985).

¿Y el software? Generalmente, éste se origina o copia sin seguir criterios sistémicos de planificación, elaboración o evaluación. Es decir, una vez elaborado se aplica sin evaluación formativa previa, con entusiastas alumnos, quienes están más interesados por la novedad que por aprender.


Además, este material -cuando es generado por empresas comerciales- no se acompaña con materiales de apoyo para los maestros; sus objetivos, si los incluye, son poco apropiados para los alumnos; se presenta sin sugerencias de cómo integrarlo al currículum y es producido en su gran mayoría por programadores o ingenieros, sin la ayuda o trabajo complementario de profesores.


El tipo de software que más se produce está dirigido a ejercicios de práctica y tutorías. Los menos a simulaciones y juegos, precisamente aquellas técnicas que más se requieren, en base a los atributos evaluados del computador.


Asimismo, el software -muchas veces- se adopta o copia de realidades distintas a la nuestra, lo que generalmente no provoca resultados eficaces. En innumerables investigaciones, el software educacional se ha calificado como primitivo, en donde sobresalen aquellos formatos que generalmente presentan estímulos simples en la pantalla, a los cuales el alumno debe responder para luego recibir refuerzos.

Este software no obedece a principios conductistas operantes como pudiese creerse, sino que se ha copiado como modelo innumerables veces, sin mayor análisis.


Estudios sobre materiales instruccionales han señalado que se distribuyen miles de ellos cada año, sin evaluarse o revisarse antes de distribuirse. Otros estudios han demostrado que, simplemente probando los materiales con un solo alumno y revisándolos sobre la base de dicha información, se puede producir una diferencia significativa en la efectividad del software.

En síntesis, a las dificultades creadas por la confusión medios- fines, propaganda, "profesor-hácelo-todo", compulsión por la acción orientada a la compra del computador, padres y profesores que culpan a la máquina por sus desdichas, se suma la baja calidad del software.


Cabe entonces preguntarse, ¿está bien integrado el computador y su material en el currículum? , ¿Están los Colegios comprando computadores para usarlos dentro de un modelo tradicional o lo están adquiriendo para crear un cambio verdadero?


Creo que los pasos y aportes que este documento entrega constituyen esfuerzos valiosos. Si se da a conocer esta visón es porque tenemos motivaciones, inquietudes, necesidades; en el fondo, existe preocupación, y este hecho es significativo, porque los cambios se inician con actitudes positivas (como una disposición favorable para discutir estos temas) y con una gran dosis de buena voluntad.


Después hay que decidir sobre una estrategia viable que nos asegure el para qué lograr lo que queremos lograr a través de la informática. En este artículo se postula a la tecnología educativa.


Definiendo la tecnología educativa


El propósito básico de la tecnología educativa es permitir que todas las partes del sistema instruccional funcionen juntas para lograr los objetivos establecidos, de tal forma que la falla de un tipo de software para enseñar y la falla de un alumno para aprender se reduzca a un mínimo. Es posible alcanzar este resultado a través de grupos interdisciplinarios, en los cuales cada persona contribuya con su experiencia, conocimiento y habilidades para generar mejores alternativas educacionales para los estudiantes. Debe recordarse que, en la actualidad, los programas de informática educacional son muy primarios y están diseñados principalmente por personas que saben mucho de computación pero nada de educación, de psicología del aprendizaje, o de teorías instruccionales.


La manera operativa de llevar a cabo este esfuerzo es a través de modelos de diseños de instrucción, donde diferentes variables relevantes a la eficiencia instruccional pueden identificarse, analizarse y ser manipuladas, con el fin de prescribir condiciones óptimas para el aprendizaje, basados en, y validados por, investigación y medición científica.


Como se habrá apreciado hasta aquí, hay mucho más que hacer antes, durante y después de escribir un buen programa para un computador específico. Entre otras cosas, debemos preguntarnos si este software ha nacido como producto de una necesidad documentada, si presenta objetivos de aprendizaje claros y precisos, si las estrategias de presentación han sido cuidadosamente seleccionadas para este tipo de alumnos en particular, si se complementa eficazmente con otro tipo de información entregada por otros medios (incluido el profesor), si presenta una secuencia y estructura lógica, si ha sido validado en múltiples oportunidades y, si producirá un impacto duradero externo en los alumnos (Calderón,1984).


Podemos entonces concluir que la tecnología educativa integra de una manera lógica y sistemática al computador y su software dentro del proceso instruccional formal de un currículum determinado.


Adaptando un modelo tecnológico


Dada la necesidad de elaborar software, ¿cuál es el mejor método para satisfacerla?

Una alternativa podría ser comprarlo o usar un ejemplo de software como modelo y copiarlo. Sin embargo, surgirían muchos problemas asociados a este mal llamado método de "transferencia tecnológica".
Estrictamente hablando, se trataría de una adopción o de la difusión de una tecnología creada en otro ambiente, diseñada para enseñar un tipo de aprendizaje particular, en otra idiosincrasia - tal vez- y para un grupo de alumnos muy específico.


Tanto mejor sería considerar la adaptación en vez de la adopción, pues a través de la primera pueden modificarse tanto los fines como los procesos del material. Este es un hecho importante, porque la tecnología debe estar al servicio de la sociedad en la cual se desarrolla o transfiere. En síntesis, podemos hablar de transferencia cuando el elemento está aplicado o adaptado de alguna manera a nuestra realidad (Calderón, 1986).


Otra alternativa consistirá en seguir un modelo muy común de CAl (Instrucción Asistida por Computador) que consigna una pregunta - que debe ser respondida por el alumno- y luego proporciona retroalimentación a través del conocimiento de los resultados. El propósito de este tipo de software es posibilitar la práctica de habilidades que se supone ya han sido aprendidas. Es posible enseñar nuevas habilidades con esta técnica; sin embargo, el aprendizaje se produciría más bien por "ensayo y error" que por aprendizaje directo; por lo tanto, no constituye una manera eficiente de aprender, ni de utilizar el computador en base a sus más eficaces atributos.


Según Aguiló, la vía más apropiada es, sin duda, la generación del software, aunque no es la más rápida, por lo que se desecha algunas veces. Para él, que es ingeniero, los educadores son las personas más apropiadas para la creación de software ad-hoc a las necesidades educacionales y cree que la falta de una adecuada metodología de desarrollo de software es el motivo principal por el que los educadores han creado tan escaso mate- rial. Aproximándose a una metodología, sugiere el uso de diseños de instrucción (Aguiló, 1986).

Por lo tanto -al parecer- lo que se requiere es adaptar un modelo más bien generalizado que describa los procedimientos para desarrollar un software tipo módulo.


Cualquier modelo que se desee diseñar o adaptar debiera incluir aquellos principios psico-pedagógicos basados en hallazgos de investigaciones o en teorías que demuestren su efectividad, tales como: consideración de los atributos del computador, identificación de objetivos terminales, preparación de análisis instruccional y definición de características de los alumnos, formulación de objetivos específicos, desarrollo de preguntas, determinación de estrategias instruccionales y desarrollo de software. Este último paso debiera comprender algunos eventos de la instrucción, a saber: atraer y mantener la atención del alumno, estimular el recuerdo de requisitos, presentar siempre de manera atractiva los nuevos estímulos, orientar el aprendizaje, entregar retroalimentación y provocar transferencia de aprendizaje. Estos eventos son muy útiles para la producción de un programa tutorial.


El software puede diseñarse y desarrollarse, entonces, tomando en cuenta los pasos anteriores, y optativamente puede considerarse la inclusión de materiales de apoyo (hojas impresas, materiales audiovisuales, texto, etc.), sugerencias de cómo integrarlo al currículum, orientaciones sobre su planificación, etc.


Tal vez los modelos tecnológicos desanimen a muchos profesores para producir un software determinado, debido a la cantidad de etapas que deben cumplirse. Sin embargo, los educadores debieran pensar en adaptar modelos y no en adoptarlos tal como se les presenta. Debe recordarse que el enfoque de sistema es un modo de pensar lógico y racional, por lo que muchas veces no es necesario sentarse a planificar en detalle durante mucho tiempo, pues varios de los procesamientos requeridos pueden considerarse táci- tamente, sin necesidad de ser especificados por escrito. Este hecho adquiere real significado cuando los educadores están conscientes de que muchos de estos pasos han sido usados en sus planificaciones o han sido pensados antes de desarrollar una clase.


El enfoque de sistema como alternativa de solución es válido y también factible, especialmente si se conforman grupos interdisciplinarios formados básicamente por diseñadores de instrucción, programadores y profesores. Así, el enfoque de sistema es una alternativa viable porque promete resultados predecibles a un costo también predecible.


Si usamos procedimientos como los aquí expuestos, hardware y software integrados a otras variables que inciden en el proceso educativo, tendremos mayores posibilidades de lograr éxito en el uso de un recurso tan poderoso como es el computador. Así, no estaremos repitiendo la triste historia de los medios que nunca contribuyen de manera significativa a satisfacer las reales necesidades de la educación chilena.






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